sábado, 20 de octubre de 2012

Porque respirar es automático.

Desperté acorde al temporal de las 10:17 h de un sábado.
Abrí las ventanas para que el olor de la lluvia pusiera algo de orden al caos.
Me levanté apoyando el pie izquierdo, como de costumbre, y seguí hasta toparme con alguien en la otra parte del pasillo en busca de respuestas y yo, de preguntas sin respuesta.
Vestí de negro y fui al entierro de lo que nunca tuve, disparé al cielo y me quedé de pie, sabiendo que caería en el intento de subir e intentar atraparlo.
Me cuesta andar. Las piernas doblan el peso de la pena acumulada.


Hoy, el aire me pesa.

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