miércoles, 11 de junio de 2014

Los lunes no eran tan lunes y los domingos no eran tan domingos.


Puede que sean las dos o tres copas de más.
Puede que sea la hora, la luna, el día.
Puede que sea, pero no son ya tus besos ni tus caricias y tampoco es tu presencia.
Puede que sea tu olor aún impregnado en tu lado de mi cama.
Puede que sean las ganas, el deseo, la 'melanostalgía'.
Puede que sea la impotencia.
Puede que sea el tiempo y tiempo dándote lo más valioso de mi.
Puede que sea, pero ya no voy como iba y tú, nunca estabas.
Puede que seas tú, pero yo ya no soy y no somos tú y yo, así como nunca fuimos porque nunca te importó.

Y es, eres, y caí, pensando que estarías para no dañarme y me dolió.


-Mi error más acertado mi perfecta casualidad. Nunca antes en mi vida había estado tan segura de algo y necesito que me creas, 
hasta que mi error más acertado se convirtió en un verdadero error. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Tiempo hay cuando ganas existen.

Puede que sea tarde o quizás no, pero es complicado lo que siento y siento que no me entiendes.

Fue ese 22 de diciembre cuando el destino eligió que nos miráramos a los ojos, fue cuando toda la ilusión que podía haber en un cuerpo tan pequeño salió.
Ni te imaginas la sonrisa con la que me levantaba, y era más grande aún con la que me acostaba, por el simple hecho de escuchar tu voz. Sentí que después de todo, la esperanza era el empujón que necesitaba para dar un gran salto.

Te entregué todo lo que había guardado durante años bajo llave para alguien que lo mereciera. Te puse en mano lo que más vale de una persona. Creí haberte dado todo para que volvieras a creer en el amor, para que volvieras a confiar en alguien, en mí. Y por creer, creí mal.

Y ya no aguanto más sin verte así que sigo dedicándote noches en vela, a oscuras, pensando qué decirte para aclarar dudas. Y todavía sigo esperando ver tu coche en mi portal, aunque sea sin avisar. Inventar excusas para darme un beso, dedicarme tiempo. Ingenua de mí.
Qué hice mal cuando mi única intención fue hacerte feliz, cuando mi única intención fue tenerte y no perderte.

Y si no formo parte de tu vida, si soy esa piedra en el zapato, dímelo antes de que siga imaginando un futuro junto a ti como planeamos. 
Dejaste a un lado aquello que llamamos nuestro por dedicarte a eso que llamáis vuestro. 
Parece que no fui suficiente para él; puede que haya encontrado en otras sábanas el calor que anhelaba.
Es tan triste sentirse sola, insignificante, decepcionada, rota, cundo estás con alguien, mas sigo amándote como aquella noche prometí.

Cuan efímero fue tu abrazo por la espalda, tu beso en el cuello, tu “te quiero” más sincero...


                                                                                                   Y me olvidé de mí para acordarme de ti en cada momento. 
                                                                                                

                                                                                                     -Las palabras no son hechos. Querer y decirlo no es suficiente.

domingo, 12 de enero de 2014

A quien fue mi suerte.


Apúntalo en la libreta, en aquello que solíamos llamar nuestra historia de Romeo y Julieta.

Fueron días hasta poder tenerte y llamarte “mío”. Ni te imaginas las noches que esperé hasta poder amanecer a tu lado y sonreír de mera felicidad. Pero ahora, dónde quedan aquellos silencios en los que las palabras no eran necesarias y todo se decía con la mirada, a dónde van todos los besos y los que nos faltaron por dar.
¿Dónde guardo todos los momentos y todas tus palabras?
¿Qué hago con tu olor y con la sensación de que aún me acaricias?
¿Qué hago con tus sonrisas?
¿Qué hago con tu voz?

Solo puedo decir adiós a lo que un día me hizo sentir especial, llena, feliz, ilusionada, respetada, única y, sobre todo, querida.
Adiós al que amaneció conmigo y me dijo te quiero al oído. Adiós a las miradas cómplices, las palabras que solo tú y yo conocíamos, a los gestos en clave.
Adiós al "Cervantes", al chocolate, a las películas, a las llamadas, al viaje, a los suspiros, al fin de año y el nuevo.  Adiós al primer día de este mes y el resto de ellos. Adiós a las improvisaciones y a aquel sentimiento común, pero no me iré sin darte las gracias por haberme hecho sentir especial, llena, feliz, ilusionada, respetada, única y, sobre todo, querida.
Gracias por recordarme lo que era querer a alguien y tocar el cielo. Gracias por haberme recordado que nunca más debo ilusionarme y que solo los ingenuos se enamoran.

   

  “ Y tú ”   pero yo, sí lo hago de verdad. 



- 11 y 20:37 horas. Volví a equivocarme, desparecí de tu corazón y desperté de lo que parecía un cuento de páginas todavía sin determinar, hasta ayer.