sábado, 26 de marzo de 2016

Tú.

Te quise.
Te quise.
Lloré.
Te quise.
Te amé.
Se te acabó el amor.
Lloré.
Te sigo amando.

miércoles, 20 de enero de 2016

Es

Su pelo lacio, largo.
Sus piernas definidas, cara de ángel.
Sus brazos largos de finas manos.
¿Serán sus ojos o la melodía que sale de su boca la que te heriza la piel cuando la tocas o te toca?
Sus pies fuertes, su abdomen estratégico, su pecho hondo.
Su elegancia, su presencia.
¿Será que te heriza la piel cuando la tocas o te toca?
Su delicada boca llena de sonrisas, su risa, su esencia.
¿Será su ser, su alma la que te heriza la piel cuando la tocas o te toca?

Pero es ella la que te ilusiona, pero no soy yo.

miércoles, 5 de agosto de 2015

La cuarta vez.

Evítame las ilusiones, provocadas por tu mirada; Evita que caiga, callándote.
No podía ser y fue, no lo creía y es cierto.
No sé cuántos kilómetros, no sé cuántas lágrimas... Y, de nuevo, miles de preguntas sin respuesta.
Evita el dolor innecesario. Evítalo.

lunes, 18 de mayo de 2015

No me quieras tanto y quiéreme mejor.

Quiero enamorarme una y mil veces de ti.
Cogerte de la mano y sentir tu libertad y sentirme libre.
Besarte tanto que se quede en nada para tener la excusa perfecta de volver a empezar.
Tenerte y latirte.
Siempre, reiteradamente, como un vinilo de rock dando vueltas para que nunca acabe.
Contigo, y tú, conmigo.

domingo, 25 de enero de 2015

La insensatez.





                Hoy es el típico día en el que los besos te saben amargos y las caricias te astillan la piel. El sol sigue teniendo su mismo brillo y la luna sigue sin querer mostrarnos su lado escondido.
La pasión se ha quedado dormida, y la ilusión busca nueva y mejor compañía. 
Hoy el alma pesa, el aire pesa, los pensamientos pesan.
Me he levantado y me he dado cuenta que tenía dos pies izquierdos, así que, como era de esperar me he caído. Qué tontería verdad, como si tener dos pies izquierdos fuera algo común, pues hoy lo es y lo que es peor, me agoniza saber que sólo tengo una mala perspectiva desde aquí arriba y que se arregla cambiando de postura.
Qué irónico y qué estúpidos podemos llegar a ser pensando que todo nos condiciona, todo nos afecta porque hay una conspiración universal en la que el mundo que conocemos se ha puesto en nuestra contra. Cómo nos gusta autocompadecernos, sentarnos a  llorar, fumar y beber y mirar la vida pasar, esperando que ocurra un milagro dejando lo más valioso que tenemos irse, el tiempo, nuestro tiempo, tu tiempo. 
Qué mal acostumbrados estamos a no ver las cosas y si no lo hacemos, enfrentarnos a los monstruos de debajo de la cama y la oscuridad. Qué hipócritas somos al pensar que el cambio está siguiendo, dependiendo, obedeciendo a otros, como si dos palmadas en la espalda fuera a arreglarlo todo, a sabiendas de que todo el cambio que puede hacer alguien está dentro de uno mismo si uno quiere.
Qué tonta soy al saber que todo depende de mí y sigo llorando, bebiendo y fumando esperando un milagro y alguien que me de dos golpecitos en la espalda por no saber caminar hoy con dos pies izquierdos, aún sabiendo que tengo uno derecho y que puedo hacerlo pase lo que pase. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Los lunes no eran tan lunes y los domingos no eran tan domingos.


Puede que sean las dos o tres copas de más.
Puede que sea la hora, la luna, el día.
Puede que sea, pero no son ya tus besos ni tus caricias y tampoco es tu presencia.
Puede que sea tu olor aún impregnado en tu lado de mi cama.
Puede que sean las ganas, el deseo, la 'melanostalgía'.
Puede que sea la impotencia.
Puede que sea el tiempo y tiempo dándote lo más valioso de mi.
Puede que sea, pero ya no voy como iba y tú, nunca estabas.
Puede que seas tú, pero yo ya no soy y no somos tú y yo, así como nunca fuimos porque nunca te importó.

Y es, eres, y caí, pensando que estarías para no dañarme y me dolió.


-Mi error más acertado mi perfecta casualidad. Nunca antes en mi vida había estado tan segura de algo y necesito que me creas, 
hasta que mi error más acertado se convirtió en un verdadero error. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Tiempo hay cuando ganas existen.

Puede que sea tarde o quizás no, pero es complicado lo que siento y siento que no me entiendes.

Fue ese 22 de diciembre cuando el destino eligió que nos miráramos a los ojos, fue cuando toda la ilusión que podía haber en un cuerpo tan pequeño salió.
Ni te imaginas la sonrisa con la que me levantaba, y era más grande aún con la que me acostaba, por el simple hecho de escuchar tu voz. Sentí que después de todo, la esperanza era el empujón que necesitaba para dar un gran salto.

Te entregué todo lo que había guardado durante años bajo llave para alguien que lo mereciera. Te puse en mano lo que más vale de una persona. Creí haberte dado todo para que volvieras a creer en el amor, para que volvieras a confiar en alguien, en mí. Y por creer, creí mal.

Y ya no aguanto más sin verte así que sigo dedicándote noches en vela, a oscuras, pensando qué decirte para aclarar dudas. Y todavía sigo esperando ver tu coche en mi portal, aunque sea sin avisar. Inventar excusas para darme un beso, dedicarme tiempo. Ingenua de mí.
Qué hice mal cuando mi única intención fue hacerte feliz, cuando mi única intención fue tenerte y no perderte.

Y si no formo parte de tu vida, si soy esa piedra en el zapato, dímelo antes de que siga imaginando un futuro junto a ti como planeamos. 
Dejaste a un lado aquello que llamamos nuestro por dedicarte a eso que llamáis vuestro. 
Parece que no fui suficiente para él; puede que haya encontrado en otras sábanas el calor que anhelaba.
Es tan triste sentirse sola, insignificante, decepcionada, rota, cundo estás con alguien, mas sigo amándote como aquella noche prometí.

Cuan efímero fue tu abrazo por la espalda, tu beso en el cuello, tu “te quiero” más sincero...


                                                                                                   Y me olvidé de mí para acordarme de ti en cada momento. 
                                                                                                

                                                                                                     -Las palabras no son hechos. Querer y decirlo no es suficiente.