lunes, 20 de septiembre de 2010

Un gato amarillo.



Una de aquellas noches Carmina se quedó a mi casa a dormir.
 Leví, el novio de Carmina , un chico encantador en el que puedes confiar siempre (podría decir que es uno de mis mejores amigos) me advirtió:
-Vas a morir si duermes con ella, enserio...
-No creo que sea para tanto, de todas formas eso se verá esta noche...

 Aquella noche empezamos ha hablar y comprobaría si lo que decía Leví era cierto.
- Te gusta Plaza.
-No me gusta, es solo un amigo.

 Ella sabía que estaba mintiendo, me conocía y se me veía en la cara. Me ruborizaba y tenía los ojos brillantes cuando pronunciaba su nombre, sabía que me gustaba y no prodría ocultarselo por más tiempo.

-Vale, sí me gusta, pero no digas nada, aparte el no me quiere. Me lo dijo el otro día, está colado por otra.
-¡aaaaaaaaaaaah!- pegó un grito de emoción estrujando las sábanas- Lo sabía, al final te lo he sacado...Esque soy la ama.
-Bueno, bueno que te lo he dicho por que he querido, si no, no lo hubieras sabido.
-Te has puesto roja, oh dios que bonito.
-No es cierto- Sabía que sí me había puesto roja no, rojísima.
Encendimos la tele
-¿Qué ha sido eso?
-¿Lo qué?
-¡Son los extraterrestres!
-Tranquila un gato amarillo son salvará.
Nos miramos y las dos comenzamos a reír debajo de las sábanas. Nuestras conversaciones se basaban en lo primero que se nos pasaba por la cabeza, estabamos locas, muy locas.
-Buenas noches
-Buenas noches...y duerme tranquila un gato amarillo nos salvará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario